viernes, 27 de febrero de 2015

‘Blaine’


Autor: Micky Bane

De la serie: Crónicas de un vampiro real #1

Editorial: Munay Editores

ASIN: B00J71D3D4

No. de páginas: 559

Formato: ePub

Precio en Amazon: $3.71 USD

Extracto del primer capítulo: http://bit.ly/1zjIZz0



Sinopsis
"Los vampiros existen y puedo asegurar con completa certeza que mi afirmación es un hecho. ¿Cómo puedo comprobar lo que manifiesto? Muy sencillo: yo soy un vampiro."

Con esta poderosa afirmación, y cansado de la falsa imagen que han proyectado los suyos debido a la literatura, el cine y la televisión, Christian Blaine, nacido a mediados del siglo XVIII en el Virreinato del Perú, decide contar su vida.

La vida de un vampiro real.
Una vida que mano mortal jamás podría escribir ni mente humana imaginar.

Opinión

Esto es más difícil de lo que pensé y, una vez que el furor de ese final tan abrupto salió de mí, lo es un poco más.

Cuando el autor me pidió reseñar su libro (lo cual agradezco y también pido perdón porque lo empecé en octubre y me ha tenido bastante paciencia), digamos que no brincaba de alegría porque el tema de los vampiros era algo a lo que le rehuía. Tal vez por esa aversión general creada socialmente o tal vez porque de lo poco que conocía estaba ligado inexorablemente a un romance paranormal.

Mi perspectiva/prejuicio cambió para bien después de las primeras páginas que podría decir es un conciso resumen de la historia de los vampiros. Habla de sus primeras menciones en la cultura popular del siglo XVIII hasta la actualidad.

Luego de eso, ya vamos a la historia pero no directamente. Hay apartados sobre un análisis de la criatura vampírica: desmentir algunas creencias vox populi, informarnos sobre cómo pueden morir y las clases de vampiro. Este comienzo me gustó bastante porque sin adentrarse en la historia tal cual, ya conocemos un poco de ese universo; además de que entre la información, se intercala una que otra vez, algún comentario sobre los humanos o alguna opinión por parte del protagonista. Desde ahí, empezó con el pie derecho.

Pasamos ya a lo que es la vida mortal de Blaine, primero un poco de sus padres y cómo se conocieron (resultado de una reflexión acerca de su nombre completo). Su infancia pasa en un suspiro aunque con bastantes marcas que encauzarán su vida a un rumbo cada vez más escabroso mientras crece. Tras un duro golpe del destino, donde las coincidencias hacen una vez más de las suyas, comete actos repudiables y execrables llegando a un estado deplorable, detestable y despreciable para cualquiera. Incluso para con él mismo.

Remarco éste como el capítulo que más dejó huella en mí (de nuevo, en el buen sentido), por las descripciones sin remordimientos de actos que me dieron un poco de asco pero más de morbo, así que yo encantado. Así, en el zenit de su desgracia, conoce a un vampiro que obviamente es quien lo convierte. Aclaro que este libro es de ésos donde varios personajes mueren. Y no es spoiler:
Éramos una réplica exacta de lo que alguna vez fuimos como mortales, aunque sin el alma, que era lo que daba la importancia divina a nuestros seres. Ya nada nos unía realmente, salvo nuestra condición de Bebedores. Nuestros cuerpos, idénticos a los de nuestra Primera Vida y que debieron pudrirse sin remedio, eran cascarones vacío con una fuerza maléfica que nos permitía movernos, pensar y actuar como lo hacen los vivos. Nuestros recuerdos, que en realidad pertenecían a nuestras versiones mortales, nos habían sido obsequiados para ser aquellos mismos, para poder creer que verdaderamente éramos esos que murieron. Pero no. 
(...) Todos los Plebeyos éramos la réplica exacta de nuestra figura mortal, sin alma, sin espíritu; con la fuerza de la sangre moviéndonos a través del camino de la vida eterna para poder actuar y enfrentarnos a ella, sobreviviendo, substiendo. Este cuerpo es la máxima ofrenda que nos dejaron esos hermosos mortales que alguna vez fuimos; sus hermosos recuerdos vinieron como un segundo regalo para complementar nuestras existencias completamente irrazonables.
La narración en primera persona es en definitiva un gran punto a favor. Aunque a veces la descripción muy detallada del ambiente físico da unos párrafos lentos pero en cierto modo provechosos, cómo son narradas las escenas de acción hasta las de debate interno son muy favorecedoras a la historia. Me refiero a que más de una vez, Blaine y otros personajes se cuestiona cuál es el punto de ser inmortal y si no sería mejor para todas las especies hacerse a un lado y dejar que la naturaleza siga su curso.
Y odio estar muerto porque estoy consciente. (...) Estoy atrapado en una oscuridad en la que no puedo sentir mi propia respiración, en la que no puedo hacer nada en absoluto; (...) Lo peor de todo es que sé que así será para siempre. El sentimiento de desesperación más grande que pueda sentirse en toda la historia de la vida, desde su principio hasta el inexistente final del absurdo para siempre.
Algo que me empeñaré en resaltar, es la credibilidad que el texto transmite. Es porque después de avanzar, poco o mucho, conectamos muy fácilmente al mundo recreado. Desde la naturaleza vampírica que se explica al inicio para luego mencionarlo como un mero hecho, como contando con que cualquiera lo sabría; hasta dar referencias históricas para situarse mejor en la época y notar lo qué simultáneamente sucedía con los humanos (el gran terremoto de Lisboa, la Revolución Francesa).

El vocabulario manejado también fue una gran palanca porque el que soltara muy seguido palabras rimbombantes como si nada, ese hecho en sí mismo, nos sitúa en una época lejana (y decir que de tal léxico podré abastecer la sección Palabrería por un buen rato). Y son palabras que dan a entender mejor lo que uno quiere decir a comparación con la amalgama de significados que es el español actual.

Noté que en algunos casos (2 al menos), me sonó un poco a Sherlock Holmes. No en sí a sus aventuras sino el modo en el que comienzan. Me refiero a que: llega alguien de la nada, cuenta su historia en un monólogo largo, de ahí en adelante la persona es integrada. Eso me pareció bien porque no eran monólogos vacíos, aportaban a la historia todo lo que podían y hacían que avanzara o diera giros. Pero es entonces cuando lo vivido por cada personaje se intenta cruzar en una misma línea del tiempo y tenemos un enorme problema: el tiempo en sí.

Blaine, hacia 1785
Sé que en un punto explica que para los vampiros el tiempo no es relevante y para ellos puede ser lo mismo una semana que diez años pero para un lector empedernido que le gusta ordenar las cosas, sí que es algo con lo que batallar. Para ponerlo corto: intenté ordenar los hechos ocurridos con tres personajes porque me quedaba la duda de quién murió primero, y hasta ahora no lo sé (sí, me puse a pensar quién debió haber muerto antes).

Otra cosa es que, a diferencia de las películas que he llegado a ver (no libros porque, como dije, no había leído ninguno de esto), no se enfoca en las relaciones vampiro-humano. Se dedica más a la sociedad que está jerarquizada y los roces y amenazas latentes que conlleva ser parte de ese medio, de esa especie. Las responsabilidades que a nuestro protagonista le correspondería asumir en un mundo que desconoce pero se ve obligado a participar.

El final se me hizo muy apresurado (deus ex machina, por poco) pero a fin de cuentas, es lo que dará pie a continuar la historia, aparte de que algunos cabos quedaron sueltos.

...Y aún después de un mes completo en el que estuve preparando esta reseña, siento que quedo a deber muchas de las impresiones que quería vaciar aquí.

Calificación:
95% completado
Buen manejo de la historia, flojo al final

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Siempre leo todo lo que ponen y agradezco su interés en este pequeño punto en la gran masa que es la red.