domingo, 20 de abril de 2014

'Yo no sé matar, pero voy a aprender'

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Qué chulada de portada, ¿no?
Autor: María Clara Rueda

No. de páginas: 199

Formato: Digital

Sinopsis:
Diego Almeida no es valiente. No sabe nada del bajo mundo y no tiene el menor deseo de enterarse. Pero cuando su amigo de infancia muere en sus brazos, dejándole un secreto que además puede volverlo rico, Almeida no tiene más remedio que agarrar su destino por los cuernos: vengará a su amigo y encontrará el dinero que tanta falta le está haciendo. 
Pero Almeida no está bien preparado: Abogado comercial (desempleado), pelele sin remedio (según su madre), amante regular (según él mismo) Almeida no ha visto en su vida un cargamento de coca, no sabe una palabra sobre la trata de blancas y jamás, jamás, ha asesinado a alguien.

Opinión (sin muchos spoilers)

Tenemos a nuestro Diego Almeida que, al inicio, se ve prácticamente perseguido por 'el hombre del frac' que sólo lo sigue para que pague lo que Diego jamás lograría recuperar. Pero esa misma noche le sucede un milagro (de parte de ese ángel de los desempleados y los borrachos que siempre se menciona): en una borrachera en la que se gasta más de la mitad del dinero que le quedaba se encuentra con un supuesto compañero de clase de su infancia, carente de nombre durante la primera parte del libro.

Ése evento hace que sienta que renació: no tiene deudas, ni acosadores, ni nada por el estilo. ¿Por qué? Pues simplemente porque el hombre del frac lo perdió una noche y Almeida se encuentra en el piso de un amigo del colegio del que no sabe ni jota de su vida. Y ahí comienza la nueva vida de Almeida en la que se ve involucrado el narcotráfico, que lleva a cuestas asesinos, sangre y mucha, mucha plata.

De una manera poco clara pero a la vez notable, Almeida cruza sus dos vidas que se dividen tomando como referencia su encuentro con su salvador: su vida 'pasada' es en la que él sigue oficiando como abogado en busca de ganar mucho dinero, y su 'nueva' vida en la que está completamente solo porque no conoce a nadie pero sí encuentra y gasta un dinero que no es suyo.

Él piensa que con el dinero sacado de Dios sabe dónde y su trabajo de abogado de los trabajadores y gente desdichada, su fortuna subirá como la espuma y pronto recuperará lo que es suyo. ¡Sorpresa! Cuando lo contratan por primera vez lo toman por detective privado. Le pedían que ahora el tomara el papel del 'hombre del frac'.

Dicho de qué va esto, ahora sí: la obra está comprendida por dos libros. El primero son poco más de las primeras cien páginas y está narrado en tercera persona pero siempre siguiendo los pasos de Almeida; el segundo, hay un cambio de narrador a primera persona, Diego. La transición entre un libro y otro se me hizo muy brusca porque era algo que no me esperaba para nada además de que me tardé en seguir el hilo de la historia porque si al final de uno dice que sale corriendo, en el segundo habla mucho de su madre y así no, no se puede.

Está bien construido el personaje de Diego porque a pesar de que se enfrenta a un mundo nuevo en el que la muerte no se mantiene alejada, siempre encuentra una salida a su conveniencia (bueno, no siempre). Rosario, esa cliente que lo inicia en el oficio de detective, es una persona que no sabe vivir si no depende de alguien y para darle un poco de sentido a su vida emprende una venganza contra alguien, y claro que Almeida tendrá todo que ver con ese asunto.

Y ahora que lo pienso, hay dos personajes importantes pero que apenas salen: Primero está Isabel, la amante ocasional de Almeida, es a la vez completamente inútil y quien a veces toma la batuta de la historia aunque en realidad sólo aparezca una maldita vez. Pensando en ella, Almeida tomará decisiones radicales que hacen que la historia siga, a favor de su relación o en contra ya es otra cosa. Luego, Materile (que claro que no es su verdadero nombre, sólo un apodo que le pone Diego pero no me place decirles cómo se llama en realidad), que en realidad es el que hace que esta historia sea posible porque lleva a Diego a su casa y luego se va con la promesa de volver en una semana (después regresa pero ¡en que condiciones!).

El final, no el final del libro sino el encuentro final, es una escena bastante original porque vienen los malos con todo y pistola pero parece más un juego de escondidas, lo cual no digo que sea malo sólo que es interesante y probablemente sea mi escena favorita porque hay muchas cosas demasiado inesperadas y logra estupendamente enfocarse en la acción, lo que sucede más que en el ambiente físico. Mi único comentario sobre el final, ahora sí el final final, es que me acordé de una frase que va más o menos así y espero no sea gran spoiler: "Era tan pobre que sólo tenía todo el dinero del mundo". Ay, Almeida, qué pena me das.

Calificación██████████████████ 90% Completado

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Siempre leo todo lo que ponen y agradezco su interés en este pequeño punto en la gran masa que es la red.